jueves, 29 de noviembre de 2007

Dictado del 28-11-07

Los santos deseos de las almas son muy gratos a Dios. Las almas que tienen grandes y santos deseos son almas que tienen el corazón limpio de impurezas y mezquindades. No puede salir de un corazón corrompido por el vicio o el pecado deseos nobles, porque de la abundancia del corazón habla la boca (Mt 12,34)

De ahí, que podéis saber perfectamente el estado de un alma por sus conversaciones y deseos, porque si son carnales, impuros, materiales, podréis ver que no están en la línea de Dios. Para dirigir almas hay que analizarlo todo, desde el mas pequeño deseo, hasta el mas grande acto de amor o entrega a Dios bien por medio de las obras, promesas o votos.

Un sacerdote es el conductor de las almas que van al confesionario o incluso (trata) en conversaciones privadas, es como si el sacerdote cogiera el volante de un coche y lo condujera él, de ahí, que el sacerdote para no llevar por caminos erróneos a las almas y a otros sacerdotes compañeros, debe ser un alma de oración intensa, o él mismo, no sabrá caminar rectamente y puede caer en el error y el engaño.

Un sacerdote debe estar instruido en todos los puntos de la Iglesia Católica, para que con personas que se las dan de que saben mucho, no los confundan. Ellos deben tener en su biblioteca libros del Magisterio de la Iglesia Católica y de toda su tradición, Derecho Canónico, Catecismo de la Iglesia Católica, Biblia en su versión autentica, no vulnerada ni manipulada, y todo cuanto pueda servirle para la dirección de su Parroquia, almas y grupos de oración.

El sacerdote es pastor de muchas almas que son su rebaño y que muchas de esas almas, se dejaran guiar por él, por eso, la gran responsabilidad de un sacerdote que no esta bien instruido, vigorizado con la oración y bien preparado.

Cuando un alma acuda a él exponiéndole deseos contrarios a Mi Ley o Mi Evangelio, el sacerdote puede valorar perfectamente el estado espiritual de esa alma. Si un alma la viera por el contrario con deseos santos, nobles, magnánimos, el sacerdote debe sacar provecho de las disposiciones santas de esa alma, antes de que Mi enemigo mortal Satanás, le sugiera cosas contrarias a esos santos deseos.

Hijos y siervos Míos, quiero que seáis un grupo especial, una Hermandad de sacerdotes que se distinga por vuestra rectitud, sabiduría y buenos y sabios consejos. Yo, Jesús, siempre estaré al lado de cada uno de vosotros, apoyándoos y bendiciendo vuestra labor delicadísima contra la apostasía y errores de estos tiempos en Mi Santa Doctrina. Yo, Jesús, os hablo y os bendigo y cuento con vosotros. Mi paz para siempre. Jesús.