miércoles, 28 de mayo de 2008

Dictado del 24-5-08

Miradme hijos Míos, miradme Crucificado. Ved lo que parezco, ved si veis en Mí a un hombre o a un ser que no se puede ni reconocer. Miradme hijos Míos, miradme Crucificado. Soy Jesús Vuestro Señor y Vuestro Redentor. Pocos Me dais las gracias por haberos abierto las puertas del Cielo, con cuanto amor os redimí, ¡con cuanto amor! Mi Madre unió su amor al Mío y ambos os redimimos (1) con inmenso amor, Ella unida a Mí y Mi Divinidad.

Desearía que emplearais más tiempo en meditar los puntos de Mi Pasión, entrar en detalles, deteniéndoos en todos los acontecimientos que sucedieron. Desearía que bebierais de Mi Pasión y aplicareis su contenido en vuestra vida y en vuestras almas.

Vivís apegados a la comodidad, y cada día, os cuesta más la mortificación, la penitencia, pero vedme a Mi hecho un despojo por amor a vosotros, ¿y vosotros por amor a Mí qué Me dais? Os quejáis constantemente de las contrariedades que os vienen cada día, y en vez de ofrecérmelas renegáis de todo, y se lleva Mi enemigo mortal lo que Yo os envío para haceros crecer en santidad y para preparados más y mejor, a las pruebas que muchos de vosotros tendréis y (que) serán duras.

Hijos Míos, no desperdiciéis la ocasión de ofrecerme los malos ratos que os vienen en el día, presentárselos a Mi Madre y Ella Me los presentará a Mi unidos a sus méritos. Sois almas muy pobres aún en méritos, y tenéis que crecer más para alcanzar la vida eterna. Debéis de poner mucho más de vuestra parte, y si bien, no buscáis mortificaciones por vuestra cuenta, aceptad con amor y sin renegar las que Mi Padre os envía para vuestro bien, y así poco a poco, tendréis un tesoro en el Cielo donde ni el moho ni la polilla lo corroen (Mt 6,19)

Amaos hijos Míos unos a otros, porque por todos morí, por todos derramé Mi Preciosísima Sangre. No murmuréis unos de otros, no os juzguéis, amaros y perdonaros. Efímera es la vida para que malgastéis las oportunidades que os brindamos en el Cielo para vuestro bien y méritos, Yo, Jesús os hablo. Mi paz para todo aquel que ponga en práctica estos mensajes.

(1) Los católicos siempre hemos considerado a María Corredentora, aunque ese dogma aun no está proclamado