sábado, 26 de julio de 2008

¡Cristianos! debéis de colaborar con el Cielo en la salvación de las almas

Antes del amanecer de un nuevo día muchas, muchas almas caerán en el abismo eterno. Almas de vuestro entorno, almas de vuestros familiares, almas de vuestro trabajo, almas que conocéis, Yo Miguel Arcángel, os hablo.

Esas almas muchas de ellas, podrían haberse salvado si vosotros que os mantenéis fieles a Dios, hubierais rezado más por ellas y aplicado penitencias y Eucaristías. Pero vosotros hijos de Dios, estáis pendientes de vuestros problemas y necesidades y os olvidáis de los pecadores.

Ya Nuestra Señora de Fátima vino a deciros que hicierais penitencia por los pecadores y rezarais por ellos, porque son muchos los que se condenan. La Sangre del Cordero se malogra en esas almas y la Virgen Purísima llora amargamente por los hijos e hijas que pierde.

¡Cristianos! debéis de colaborar con el Cielo en la salvación de las almas. Vuestro interés y celo apostólico no quedará baldío (estéril). Rezad hijos de Dios por los pecadores, son muchos de ellos los de vuestro entorno. Aplicad en vuestros grupos de oración rosarios y Vía Crucis por ellos, esos rezos son como canales para que les alcancen la gracia de Dios.

¡Sacerdotes! ofreced vuestras misas por esas almas por las que nadie reza. Son los presos, los malos gobernantes, los criminales, los violadores, pedófilos. Debéis aplicar preces por ellos porque son también hijos de Dios, redimidos con la Sangre del Cordero.

Sus ángeles esperan que los invoquéis para ayudarles a la salvación eterna. Rezad a sus ángeles, a sus patronos, a mí, siervo de Dios y siervo vuestro. Yo, Miguel Arcángel, os hablo. La paz de Dios Altísimo, sea con vosotros.