lunes, 21 de septiembre de 2009

Iniciad un camino recto y cumplimiento de la leyes de Dios

Puede ser presunción en muchos fieles cristianos, que caminan por sendas equivocadas saltándose todas las leyes divinas, creer que van a ganar la vida eterna. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Cada cual recogerá lo que siembre y si siembra pecado e iniquidad, pecado e iniquidad recogerá, porque ahora que estáis en tiempo de merecer y en tiempos de posponer vuestras erróneas conductas, si no lo aprovecháis, malograreis la ocasión de cambiar y podéis perder el alma eternamente, Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Cada fiel tiene Mi luz para cambiar de vida y de actitud. Muchos lo postergan por desidia, otros por debilidad, otros no cambian por creer que tendrán otra ocasión para hacerlo, y así, las almas van dejando de lado sus reconversiones esperando en sus vidas un auténtico milagro, desestimando Mis mociones, las veces que Yo les insto a la conversión y desestimando los buenos y santos consejos que otras almas y sacerdotes les dan.

Nadie dejaría para última hora una enfermedad si pudiera remediarla inmediatamente. Nadie ignoraría una enfermedad o esperaría tranquilamente (sin hacer nada de su parte) que alguien viniera a sanarlo, y sin embargo, las cosas del alma las dejáis una y otra vez y os echáis a dormir tan tranquilos, no reflexionando que esa noche puede ser la última para vosotros, almas queridas de Dios.

La Virgen os habla en apariciones y en mensajes constantemente. El Redentor os dio Su Evangelio que es un cúmulo de sabiduría, y vosotros, ignoráis todo ello porque vuestra comodidad y pereza es superior a todo lo que se os diga por una parte o por otra, es superior a todas Mis inspiraciones y toques de conciencia.

Hijos de Dios, entrad en vuestras conciencias y limpiadlas. Haced una santa y extensa confesión y partid de ahí, de esa confesión, para empezar y reanudar una vida de santidad, cristiana realmente, con la práctica de todos los mandamientos. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os asesoro. Mi gracia no os faltará, todos vosotros tendréis luz y fuerza suficientes para iniciar un camino recto y cumplimiento de las leyes de Dios, pero no lo dejéis por más tiempo, no lo dejéis, porque ese tiempo ya nunca lo recuperareis y es tiempo que os negáis a vosotros mismos para vuestra salvación. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo. La paz de la Santísima Trinidad esté con todos vosotros.