jueves, 29 de octubre de 2009

Soy un ángel celestial quien os habla y me envía el Altisimo a traeros este comunicado


Siglos venideros serán siglos de luz sobrenatural para la Santa Madre Iglesia. Yo, espíritu del Cielo, os hablo.

Hijos de Dios, habrá un nuevo amanecer en la Santa Madre Iglesia que será como un adelanto de lo que espera a las almas que siguen a Dios y viven en Sus leyes. Yo, espíritu celestial, os hablo.

Serán separados el trigo de la cizaña, de tal forma, que ya la tierra parecerá el nuevo paraíso terrenal, porque las cosas serán lo que Dios Todopoderoso ha deseado que fueran siempre. Pero para llegar a este punto que cada vez está más próximo, hijos de Dios, aun tenéis que pasar pruebas y tribulaciones, muchas de las que ya están anunciadas y otras que desconocéis. Yo, espíritu celestial, os hablo.

Viviréis la Nueva Jerusalén porque habrá una gran renovación en la Santa Madre Iglesia, y los sacerdotes, serán santos y vivirán su ministerio en total entrega, porque aquellos sacerdotes que sirven más a Satanás que a Dios, serán arrancados de la Iglesia y puestos en el lugar que ellos mismos escogieron al permitir la traición y el pecado. Yo, espíritu celestial, os hablo.

Soy un ángel celestial quien os habla y me envía el Altísimo a traeros este comunicado, por eso hijos de Dios, tenéis que preparados para padecer tribulación y sinsabores, pero esas mismas tribulaciones si las superáis en la fe de Dios Altísimo, os prepararan para la venida de una era de paz y concordia, donde a Dios Altísimo se le reconocerá como tal y se le servirá como a El le corresponde, en adoración y verdad. Yo, espíritu celestial, os hablo.

Hijos de Dios, invocad todos a vuestros santos Ángeles de la Guarda, los tenéis para que os guíen y os ayuden en las sendas de Dios. No os olvidéis de ellos y tenedles presentes, y ellos, serán los que a la hora de la tribulación y de la prueba, os ayuden a manteneros en el camino y en las composturas acertadas.

Rezad a María Santísima, Reina de los Ángeles y Madre de la Iglesia. Ella como nunca tendrá una misión que nadie más podrá emprender y Su ayuda y poder serán inigualables. Yo, espíritu celestial, os hablo y os aconsejo.

Dios Altísimo bendiga a todos aquellos que leyendo estos mensajes los ponen en práctica. La paz de Dios Altísimo esté con todos vosotros.